Por Carlos Daniel Rossi

PRÓLOGO
Preguntarnos en forma personal, por ¿quién soy?, nos lleva a interrogar por ¿quiénes somos colectivamente? Por la naturaleza humana, en última instancia. En tal contexto adquiere relevancia la cuestión de la enajenación, la exaltación o adoración de falsos ídolos, La pérdida de identidad.
Ser, es una cuestión que debe analizarse en términos del Uno en fusión con el Otro. La naturaleza humana, que no es única, tiene una connotación histórica, se corresponde con la sociedad donde las personas se hallan inmersas y lleva a indagar sobre el Sujeto motor de la historia que no es otro que la VOLUNTAD COLECTIVA, la conciencia operativa de la necesidad histórica.
Hoy esa conciencia y por ende la identidad comunitaria se encuentran jaqueadas por el poder mediático, los mass media, la tecnología digital (teléfonos inteligentes, inteligencia artificial, internet, etc.). En términos culturales debemos atrevernos a preguntar ¿Qué somos? ¿Hasta dónde estamos aislados, aturdidos, manipulados; por el poder mediático?
Querer abocarse a la construcción de una cultura que oponer al mundo virtual que nos domina, no se puede limitar a fortalecer el intercambio interpersonal, sino que hay que recordar que la actividad cultural no es un simple emergente, la misma puede, a la vez, contribuir a ser punta para la construcción de la contracultura. Hoy existe una crisis, crisis de identidad, crisis de representación. Por ello la legitimidad reclama que las personas no se reduzcan a simple individuos, hoy el ciudadano necesita, más que nunca, afirmarse en base a creencias que lleven a la solidaridad, a no limitarse a ser parte de distintos “clanes”. A la visión tribal debe oponerse visión de conjunto, construcción identitaria de un nosotros, y reformular políticamente el papel y la instrumentación de las tecnologías digitales y los mass media.
I.- ¿QUIÉN SOY?
Estamos una época caracterizada por el “aturdimiento”. En el actual contexto, preguntarse por ¿quién soy?, desde el plano ideológico cultural, lleva al análisis del problema de la identidad, tanto individual, como colectiva. Cuestión que comprende a nuestro país, a los argentinos como “pueblo” y la “Patria Grande” latinoamericana.
Hay que tener presente que es por medio de una serie de identificaciones como se constituye y especifica la personalidad. Para Hernández Arregui: “una cultura nacional, (es) base espiritual de la unificación del país. Es identificación emocional con valores colectivos”. En otras palabras: la cultura es el nexo psicológico, afectivo, de la unidad nacional. Cultura e Identidad son conceptos que se complementan.
La identidad es el resultado de una dinámica que se teje en la interacción social de los sujetos, es una construcción. Así se podría decir que “LA NACION ES UNA CONQUISTA COTIDIANA”. En esa construcción juega el sentido de pertenencia y el arraigo.
Perón sostiene que la tarea de afirmación de la cultura nacional, debe realizarse por medio de tres instrumentos: 1) los medios de comunicación masivos; 2) la educación; 3) la creatividad del pueblo. A ello hay que agregar – hoy – los recursos tecnológicos digitales, Internet incluido.
Una cultura es el conjunto, más o menos organizado y coherente de los <modos de vida> de un grupo humano. Importa un conjunto de técnicas que engloba a los usos, costumbres, creencias, ritos, ceremonias, etc.
Hay que entrever que una determinada manera de producción, distribución y circulación de la riqueza, necesita para consolidarse de ciertas formas de organización del poder y de una “conciencia” que se expresa por medio de distintos y concretos tipos de conducta social.
Si miramos la historia del siglo XX, vemos distintos movimientos culturales (el tango entre 1920 – 1940/ el nuevo cancionero en la década de 1960 / la música progresiva en la década de 1970, v.gr). Estos movimientos culturales (en sentido lato), exteriorizaron un anhelo, una voluntad popular que devendrá en acción política enmarcada en concretos procesos históricos.
Si hablamos de cultura e identidad, estos términos deben estar referidos a la idea de Nación, para entender cabalmente de que hablamos, recordar: “Solo hay verdadera nación cuando se sienten y se piensan en común determinadas valoraciones”. Detrás de esta noción cabalga la cuestión del consenso: en cuanto la Nación, políticamente, se traduce en “la conciencia política unitaria que controla efectivamente la lealtad de los hombres, superando las pretensiones de las colectividades menores”
Hay que tener presente que son elementos constitutivos del Pueblo-Nación: “la comunidad de tradiciones, de aspiraciones, de necesidades, el recuerdo de las luchas emprendidas, de los triunfos alcanzados y, sobre todo, de las penalidades soportadas por una causa común”. Esta idea de pueblo nos lleva a la cuestión de la “conciencia histórica”. Conciencia que siempre se ha intentado expresar por medio de la cultura popular, como ideario no sistemático y fragmentario de los anhelos del pueblo y su estar en el mundo. Podemos hablar de un “estar aquí”, donde hay que formular un “pensar situado”, es decir donde los sujetos incorporen las experiencias y percepciones que la relación con el entorno les produce.
Cuando hablamos de pérdida de identidad, o como sostiene un filósofo argentino de “colonización de la subjetividad por el poder mediático”. Donde en la noción de poder mediático, quedan englobados los medios masivos de comunicación, las tecnologías digitales, Internet, el fenómeno de las redes sociales, etc.
Esta cuestión lleva al problema de la ALIENACION CULTURAL, que se traduce en la pérdida de identidad nacional, de incorporar una “hegemonía de costumbres” que no se corresponden con el desarrollo histórico del pueblo, sino que son impuestas desde fuera, ejemplo de ello son pautas de consumo que nada tienen que ver nuestra historia. V.gr. los Mc Donalds
Según Hernández Solís contra la supremacía neoliberal y su orden, es necesario “volver a pensar en el nosotros colectivo, en los contenidos subjetivos y concretos que permitan pensar formas diferentes de hacer política … Repensar el pueblo apunta a una labor política fundamental”.
Se hace necesario reflexionar sobre “pueblo” en tanto Sujeto histórico. Detenernos en los procesos de construcción de los Sujetos sociales. De allí preguntarnos ¿Qué es un proceso de subjetivación? Para Ranciere se trata de “la formación de uno que no es un yo, sino la relación de un yo con otro”.
El hombre suele apelar a lo simbólico. Religión, arte, ciencia, filosofía, utilizan símbolos. Aunque aquello que se representa simbólicamente son realidades. En el intercambio del uno con el otro juegan los “signos” y lo simbólico. Aquello considerado símbolo es expresión de un “colectivo”, debiendo diferenciar el símbolo de una fábula.
El símbolo, lleva a preguntarnos por el “mito”, recordando que un “mito” puede ser una fábula o un símbolo. Según George Sorel: un mito no puede ser refutado, puesto que en rigor se identifica con las convicciones en términos de movimiento . ¿Cual es el símbolo que identifica lo colectivo en nuestra época y en el futuro, para construcción de un sentido colectivo?
Siguiendo a Humberto Eco, podemos decir que la mitificación es la identificación del mito con una suma de finalidades, proyección en la imagen del mito, de tendencias, aspiraciones y temores, que emergen en un periodo histórico. Ricoreau se preguntaba si el símbolo podía considerarse únicamente como un vestigio, o bien si no sería también un ingrediente que inaugura “un sentido” dado.
Inmersos en un mundo “cultural”, el desafío, en nuestro caso, es de construir nuevas identidades, nuevas formas de pensar y actuar. En este punto recordar la sentencia de Manuel Ugarte: no hay reforma social posible sin un plan nacional de que la soporte (o contenga). Para Gramsci: se hace necesario el análisis de como un sistema de valores culturales integra un sistema social.
La contracultura (aquella que se opone a la cultura dominante) deberá partir del “sentido común”, en cuanto filosofía espontanea de las multitudes que trata de hacerse ideológicamente homogénea. ¿Cuándo en el terreno cultural se esboza una contracultura? Para saberlo hay que indagar en el “sentido común”, entendido como un equivalente a la concepción absorbida por el ambiente donde se desarrolla la individualidad moral del hombre medio. El “sentido común” es el folklore de la Filosofía.
Las masas irrumpen a partir de una identidad. Por ello vale detenerse en la PREFIGURACION de nuevas relaciones político – culturales. Según Bauman resulta necesario cierto nivel de sacralización (entendida como proceso que convierte un hecho del pasado en un acontecimiento único – v-gr nuestro 17 de octubre -) para que la memoria ejerza su función de autoafirmación de la identidad.
Dentro de los elementos constitutivos del Pueblo – Nación, a la par del arraigo o sentido de pertenencia, juega la “conciencia histórica”, que deriva de los recuerdos de las penalidades soportadas por una causa común. Se hace necesario ser actor de la historia.
Como contrapartida, siguiendo a Feinmann, actualmente, en la sociedad mediática “los medios”, construyen nuestro imaginario. Nos entregan los objetos del deseo. “El permanente bombardeo mediático de información irrelevante, no estructurada, el continuo, cambiante requerimiento y la captación de la atención del ciudadano por los más variados problemas (reales o banales e inducidos) conlleva entre otros efectos perversos, un vértigo de presente y la pérdida de orientación histórica”. Asistimos al pasaje del ciudadano al consumidor.
Para José Pablo Feinmann la sociedad actual “No es una sociedad de iguales … El OTRO es un objeto a constituir, manipular y vigilar. La globalización neoliberal ha sido impulsada con ese objetivo”. Así entramos en un nuevo despotismo.
De una “la gente quiere vivir hoy y nadie se siente convocado a destinos trascendentes en una historia en que la trascendencia pareciera ausente por todas partes”. Por ello cobra importancia el análisis del entretenimiento y la sentencia de Feinmann: “Nos van a entretener hasta morir”. “La realidad existe en tanto simbolizada … pero la simbolización de la realidad está a cargo del poder propagandístico mediático . En un contexto que ha reducido al ARTE como pura mercancía. Hoy no importa la argumentación, sino el causar impresión, impactar en las opiniones por medio del poder de la imagen.
Según Manuel Ugarte: “el criterio independiente … es la marca inconfundible de toda verdadera autonomía”. Ese debe ser nuestro norte. Lo importante es tener un criterio, interpretar las relaciones sociales siguiendo parámetros que provengan de aquello que es permanente, se trata de la lucha por una concepción intelectual obra del pensamiento latinoamericano.
II.- LOS FACTORES DE LA ALIENACION ACTUAL
Cuando hablamos de alienación (o enajenación) se hace referencia al problema cultural actual. De como el ciudadano se degrada a individuo consumidor y al reino de la apatía ética y aislamiento. En primer lugar hay que pensar en el rol político de la “nueva derecha”. Stefanoni nos dice que: Las extremas derechas consiguieron “desdemonizarse”. Construyendo la imagen de que están “solas contra todos”, es decir contra el sistema, a partir de allí tratan de explotar esa polarización para crecer. Alterar la agenda de discusión pública e instalar soluciones a menudo demagógicas pero atractivas por su simplicidad
Es necesario captar lo nuevo que hay en ellas, sin dejar de observar cuánto de eso nuevo “rima” con el pasado. Es dable observar que: El eslogan del “escobazo” destinado a eliminar del poder a las elites consideradas corruptas y apartadas del pueblo es común entre la nueva derecha. Y desde la perspectiva económica: defienden la economía de mercado.
La filosofía de los liberales, y de los medios de comunicación manipulados por el mercado, es hacernos perder la noción misma de subjetividad, de conciencia. Los liberales, los iluministas, trabajan fuera de la historia, el liberal considera que él tiene la “razón” y la historia es una materialidad indócil a la que hay que someter.
No podemos evitar nuestro compromiso para mejorar la realidad, en cuanto el hombre es un hombre situado, vive en un mundo concreto, en una sociedad determinada, y la praxis, la realidad práctica, no puede concebirse sin la “necesidad”, la trascendencia y el proyecto.
En el marco de la globalización los liberales, agregan – además – la cuestión maniquea de la “lucha moral”, y en realidad “la moral la dan por moneditas”. La “lucha moral”, que plantean los iluministas no es otra cosa que una lógica maniquea, de una lucha entre lo bueno y lo malo, ellos son los buenos, quienes se le oponen son los malos. Esta visión de la globalización, suena como recaratulización del imperialismo, una estructura de poder globalizada, donde las pseudo elites de las colonias, son los socios menores del gran capital financiero internacional.
Hay que desenmascarar a los que quieren acomodar a la Argentina, a las necesidades de los acreedores externos. Contra ellos debemos decir que la legitimidad no es un relato, se trata de los basamentos sobre los cuales se estructura el poder del Estado.
Antes aludimos a la necesidad, y para tener conciencia de la necesidad hace falta escrudiñar la historia. No hay posibilidad de transformar ninguna realidad si no hemos tomado conciencia de ella, y no hemos asumido que esa realidad debe modificarse.
Ninguna fuerza política exhibe tanta energía y cohesión como la extrema derecha, ninguna comunica con esa misma eficacia el sentimiento de que conoce el camino y que el futuro le pertenece. Es necesario dejar atrás el miedo, la decepción y la depresión.
Según Chomsky el aumento de la atomización de la sociedad que deja a las personas solas y aisladas, hace que se sientan impotentes frente a fuerzas que los aplastan. Sorprende – dice Chomsky – la irrelevancia de los hechos, ya no importan cuáles son ciertos y cuáles son falsos, la verdad es irrelevante.
Se ve la manipulación de los medios de comunicación por parte de las corporaciones. Las redes sociales son una cámara de eco. Dispersión de teorías conspirativas. Es como sí los hechos ya no importaran. Las redes sociales en lugar de conectar, aíslan. Se avocan a generar “contactos superficiales”, a producir un ambiente muy liviano o light.
La pasión por la desigualdad es moneda corriente hoy: La cultura del odio no es el producto de los estratos sociales desfavorecidos, sino del funcionamiento de nuestras instituciones. Es un modo de hacer pueblo, un modo de crear un pueblo que pertenezca a la lógica de la desigualdad.
Justificar la desigualdad contiene un “juicio moral”: culpabilizar a las víctimas, lo que es deplorable, y conviene recordar que no existe responsabilidad sin culpa. La tiranía del mérito no se reduce a una retórica del ascenso, en realidad encubre:
1.- la desigualdad galopante de hoy día y la movilidad social estancada
2.- la importancia del título universitario, sinónimo de prestigio, la erosión de la dignidad del trabajo.
3.- la limitación del poder político, en los casos de la búsqueda de los tecnócratas para resolver conflictos.
Según Eric Sadin en relación a las nuevas tecnologías digitales y sus efectos, se observa “la alegría por aprovechar el instrumento que nos facilita la vida y la afirmación, febril y tan estéril, de la propia persona y de los propios juicios, se convirtieran en el opio con el cual los individuos no dejan de embriagarse.”Y por otro lado “se desvanece toda una dimensión de la sociabilidad, aquella urdida … por los intercambios, los aportes mutuos, (etc) . Coetáneamente vemos el triunfo de la vanidad sobre la responsabilidad.
Sadin se pregunta por la influencia de las tecnologías digitales, y “hasta qué punto contribuyeron a la adopción de posiciones inéditas, redefinieron la relación habitual con lo real, con los demás y con gran número de marcos que determinaban… la vida en común “.
Caracterizando la época por el hecho de “una desconfianza creciente respecto de las instancias de poder de todo tipo”. Y por contrapartida se constituye un nuevo régimen de opinión. Aparecen las noticias falsas (fake news) y una creciente desorientación colectiva. En tal contexto germina la oposición a los discursos “oficiales” y las “lógicas de dominación” tradicionales, en un ambiente caracterizado por el retroceso del Estado de Bienestar y de la solidaridad social.
Encontramos hoy “procedimientos disciplinarios de un nuevo tipo valiéndose de evaluaciones algorítmicas establecidas a distancia y en tiempo real”.Con la sujeción del hombre a reglas heterónomas en conjunción con la pérdida de autoestima.
Con el surgimiento de la Internet y el Teléfono Celular, el hombre quedo aturdido, y preso de una nueva adicción. Con ello, luego, se advierte “una economía construida sobre el conocimiento sumamente detallado de los comportamientos” . Indicando el autor que el entorno del que se habla es económico, técnico y cultural.
Byung, sostiene, de su parte, que: el “régimen de la información (es) … la forma de dominación en que la información y su procesamiento mediante algoritmos e inteligencia artificial, determina de modo decisivo los procesos sociales, económicos y políticos”. El capitalismo de la información se basa en la comunicación y creación de redes. La vigilancia se ejerce a través de los datos. “La tecnología de la información digital hace de la comunicación un medio de vigilancia”
(En) “la sociedad de la información … las personas están atrapadas en la información. Ellas mismas se colocan los grilletes al comunicar y producir información, la prisión digital es transparente”. “En el régimen de la información, el dominio se oculta fusionándose por completo con la vida cotidiana… El (teléfono inteligente) smarphone está demostrando ser un eficaz INFORMANTE que nos somete a una vigilancia constante”
“El big data y la I. A. ponen al régimen de la información en condiciones de influir en nuestro comportamiento por debajo del umbral de la conciencia“.
Existe una confusión entre lo virtual y el mundo real. Asistimos a la pérdida del mundo común y el lenguaje común. Es el PROBLEMA DE LA COHESION SOCIAL, y la influencia “política” de la publicidad.
Zuboff habla del capitalismo de la vigilancia, exponiendo: ¿Qué es el capitalismo de la vigilancia? Esta forma de capitalismo reclama unilateralmente la experiencia humana, y la entiende como materia prima gratuita que puede traducir en DATOS DE COMPORTAMIENTO; “los procesos automatizados llevados a cabo por máquinas no sólo conocen nuestra conducta, sino que también moldean nuestros comportamientos en igual medida”
Estamos ante la automatización del Sujeto, sus gustos y orientaciones, a la par que vemos una inducción a determinado consumo. “Las sociedades que exhiben niveles bajos de confianza interpersonal tienden a mostrar unos niveles paralelamente bajos de confianza en la autoridad” (legitima). “En ausencia de esa confianza, se esfuma la autoridad de los valores compartidos y de las obligaciones mutuas”.
Éste debe entenderse “como una fuerza social profundamente antidemocrática”. La autora lo caracteriza como un “golpe” (golpe de estado) desde arriba propulsado por el mercado.
Esta forma de capitalismo efectiviza unas concentraciones exclusivas de conocimiento y poder. “El Gran Otro actúa en nombre de una amalgama sin precedentes de operaciones comerciales que deben modificar la conducta humana como condición necesaria para tener éxito comercial”. ES UNA FORMA SIN LIMITES QUE IGNORA anteriores distinciones entre Mercado y Sociedad.
III. LA DEMOCRACIA Y EL PODER DE LA IMAGEN
La Democracia como régimen implica el consenso o acuerdo sobre la manera que un gobierno se legitima, y, además: un gobierno que tiene por norte la “igualdad” de todos los ciudadanos.
LA DEMOCRACIA SE BASA EN EL CONFLICTO: Recordemos a Maquiavelo, para quien las fuerzas sociales (nobleza y pueblo) deben tener su inserción en el Gobierno, para resolver en el seno del Estado los conflictos. Hoy día una posible respuesta a los conflictos sociales, y de intereses debe buscarse en instituciones sociales y políticas, que deben relegitimarse, dejando de lado la simple denuncia que se efectúa en un espacio público no estatal, el cual arbitrado por el poder mediático, no resuelve las cuestiones de intereses encontrados.
¿Cómo deben resolverse los conflictos? Es condición necesaria para la democracia el gobierno de la mayoría. Si no se acepta el principio de la mayoría, no se acepta la democracia como régimen.
Para entender la idea de Democracia, podemos remitirnos a Rosseau.
Como no alcanza con la legalidad, se hace necesaria una “legitimidad”, es decir, “el reconocimiento que unos ciudadanos libres e iguales otorgan a un régimen político, en cuanto compatible con su dignidad y autonomía”
Rosseau en busca de un orden justo de dominación, elabora el concepto de VOLUNTAD GENERAL, y es corolario de su pensamiento, los ítems siguientes
- sólo el régimen democrático puede legitimar el poder, trocando la dominación en autoridad
- el “contrato social” no importa delinear la organización del Estado, sino las condiciones de su legitimidad.
- la conciencia es la verdadera guía del hombre, y ésta se expresa mediante la deliberación reflexiva.
La sociedad civilizada es sinónimo de trabajo, propiedad y desigualdad, introducida por la fuerza y que las leyes han consagrado. El estado de guerra, así, aparece en la sociedad, no en la naturaleza. La solución habría que buscarla en un nuevo pacto que constituya una comunidad colectiva, que reestablezca, a su vez, LA SOLIDARIDAD.
Sostenía Rosseau: “Es tan solo a la ley a quien los hombres deben la justicia y la libertad. Es ese saludable órgano de la voluntad de todos quién reestablece en el derecho, la igualdad natural de los hombres. … quien dicta a cada ciudadano los preceptos de la razón pública.Para Rosseau la categoría moral fundamental no era el individuo sino el ciudadano. Planteando que la sujeción política es esencialmente ética. Y por otra parte sirve recordar que: “sin igualdad, no hay democracia”.
Una contradicción que opera sobre la deliberación democrática es: el poder de la imagen, consagrando una atmosfera que entroniza “lo visible”, desplazando y reduciendo la capacidad de abstracción de las personas. Así se desdibuja la cultura basada en la palabra y la escritura, consecuentemente conceptos abstractos como v.gr “Estado” no son aprehensibles fácilmente. Para Sartori asistimos de esta forma al pasaje del “homo sapiens” al “homo videns”.
Con esta noción del italiano nos introducimos a un mundo donde “lo que vemos” es determinante en la toma de decisiones. Y muchas veces las “imágenes” que se cuelan por las redes y los medios de comunicación (v.gr TV) insidiosas, repetidas, desdibujando el contexto, con algún grado de ocultamiento de la realidad o la verdad, estas imágenes provienen de privilegiar determinadas “formas” y la apelación de ciertas fabulas que se instalan en la agenda pública, actuando sobre el “sentido común”
Allí tenemos los “bolsos de López”, con dinero prestado por allegados al PRO, ejemplo de una sociedad que vive de lo efímero y en cuanto la “comunicación” privilegia ciertos aspectos, ciertas facetas, sin un discurso contextualizado con apoyo en lo real.
En relación a la sensación de injusticia, para Duran Barba “es posible transmitir mensajes a través de imágenes, usando … la información para comunicar sensaciones”. Estas “sensaciones” repercuten en la conformación de una opinión pública manejada por las redes y los medios. Así – el asesor de Macri – nos dice que es central la comunicación eficiente de los “mensajes”, en una sociedad capturada por la banalidad, que vive de lo efímero.
Vale decir que a contrario sensu de lo anterior, lo que interesa en la formación de la opinión pública, son los datos que nos brinda la realidad. Mientras que apelar a una simbología asentada solo sobre las formas, y algunas fabulas, tergiversa la opinión pública.
Por detrás de las imágenes con las que nos bombardean los medios y las redes, encontramos la sacralización de “lo joven”, la devaluación del respeto a los mayores, la desigualdad como principio rector del orden social, que busca legitimarse, y una libertad irrestricta, que no puede existir en la realidad, es la libertad del zorro libre en el gallinero libre, algo reñido con la fraternidad, y un orden social estable y justo.
De allí que es necesario rescatar la potencia del discurso, y la búsqueda de identificar las necesidades históricas y sociales acuciantes, y determinar que soluciones son posibles, frente a los problemas que nos sumergen en una situación crítica.
IV.- IDENTIDAD Y CARÁCTER
En cuanto el disciplinamiento social para poder imponer un determinado tipo de pensamiento, de acuerdo a Erich Fromm, hay que remitirse a la idea de FILTRO SOCIAL “compuesto por el lenguaje, la lógica y las costumbres (ideas e impulsos permitidos o prohibidos)”.Este “filtro” es el que determina que hechos se admiten en la conciencia.
Por otra parte sostiene Fromm la importancia de la noción de carácter, en el sentido de la forma en que la energía humana es canalizada en los procesos de asimilación y socialización. Siendo el “carácter social” aquella forma compartida por la mayoría de los individuos medios de la misma cultura. Este carácter permite estabilizar a la estructura social, o bien – en determinadas circunstancias – puede actuar dinamitando la estructura misma de la sociedad. Este “carácter social” constituye el resultado de la adaptación a las condiciones económicas, sociales y culturales comunes.
Para desentrañar la trama de lo antes expuesto, utilizamos a Fromm y Gramsci y las categorías de “Sociedad Civil” y “carácter social” que sirven como complemento una de otra. La Sociedad Civil gramsciana se conforma con el sistema escolar, junto con los medios de comunicación (en los años ´30 sobre todo prensa escrita y oral), con otras instituciones como el partido político, Iglesia, Sindicatos, etc. Y la misma se encarga de una pretensión de homogeneización o formación del consenso en la vida social. A su vez el carácter social nos da cuenta del resultado del accionar de la sociedad civil sobre la persona humana.
Hoy día el problema del mundo digital, lleva a que algunos como Inés Dussel, sostengan que:” nuestras sociedades están sufriendo una mutación … que ha modificado las bases sobre las que se construyó la modernidad y, en particular, los principios bajo los cuales se organizan el conocimiento … y los ejes articuladores de la identidad individual y colectiva y los principios de construcción de la ciudadanía”.
Recordando, por otra parte que “la riqueza y el elevado nivel de consumo no tienen nada que ver con la libertad y la independencia”. El autor de “El miedo a la libertad” sostuvo que hay que trabajar seriamente con los mecanismos de la psiquis individual para evitar la evasión, que arroja a la enajenación al individuo. De allí cuando se habla de las nuevas tecnologías, del uso de Internet, de los Celulares, de los Mass Media, del fenómeno (lúdico o no) de la “simulación virtual” (por ej. en los videojuegos), desde una perspectiva política lleva a pensar qué tipo de política “cultural” se desarrolla hoy en nuestras sociedades.
Encontramos que: el sujeto receptor de los mensajes es un sujeto pasivo, al que es necesario llenar de contenidos todo el tiempo”. Es decir: el homo videns todo el tiempo es bombardeado con mensajes, cuyo contenido y finalidad, acrecienta el poder de los mass media y lleva a conformar una visión desestructurada de la realidad.
Franco Berardi sostiene que la cuestión del anclaje en una historia temporal y una ubicación geográfica se desdibuja en la actualidad, tratando la cuestión de que “la sociedad de la época pasada podía ser descrita como una realidad de tipo territorial”. Esto lleva a tratar la cuestión del espacio y del tiempo, es decir el problema del “ciberespacio” y el “espacio” donde se tornan inteligible los problemas, y el lugar en que se toman las decisiones. Conjuntamente con las cuestiones de “desterritorialización” y “aterritorialidad”. Es que “en cierto sentido podemos decir que el espacio ya no existe, puesto que la información lo puede atravesar instantáneamente y los acontecimientos pueden transmitirse en tiempo real de un punto a otro del planeta, convirtiéndose así en acontecimientos virtualmente compartidos”.
Estas cuestiones nos inducen al análisis del problema del disciplinamiento social y cuáles son sus agentes. Recordando que el Estado no es pura coerción, en el esquema gramsciano, sino que – en sentido lato – el aparato gubernamental comprende también a la Sociedad Civil, y a los efectos de obtener el consenso alrededor de los actos de gobierno, el Estado “educa” al pueblo.
Ahora bien, corresponde interrogar ¿si hay una hegemonía consolidada transnacional de parte del Norte, o bien estamos en una etapa de crisis orgánica? Según la respuesta, distinta deberá ser la táctica a desarrollar para evitar la alienación del hombre y emprender una empresa contra-hegemónica. Para Gramsci: “la palabra democracia (lleva a que) …se busque una ligazón con el pueblo, con la nación, que se considere necesario una unidad no servil, debida a la obediencia pasiva, sino una unidad activa, viviente, cualquiera sea el contenido de esta vida.”.
Es necesario resaltar que para saber de las tendencias que existen en la sociedad, estas tendencias pueden analizarse en la cultura, en sentido lato.
En el campo cultural y personal para combatir la “conformidad”, o adaptación pasiva al medio, para evitar la “enajenación”, al decir de Fromm: el hombre “para seguir siendo cuerdo … para sobrevivir mentalmente… tiene que estar relacionado con los demás …, tener un marco de orientación que le permita captar la realidad … y … lo capacite para comunicarse” .
Fromm criticando al discurso totalitario, sostiene que este discurso presenta como contradicción natural a una contradicción propia de la vida social, v.gr plantear que la pobreza es algo natural; y en la crítica al totalitarismo continúa diciendo: “Las ideologías totalitarias, … trata(n) de hacer creer que ellas representan (el) principio del desinterés, siendo que aplican al Estado, como un todo, el principio implacable del egoísmo”. “Constituyen un renacimiento … de la idea religiosa de la impotencia y la debilidad intrínseca del hombre y la resultante necesidad de someterse, cuya superación fue la esencia del progreso moderno, espiritual y político” .
En la actualidad el panorama que se presenta es que la sociedad ésta cada vez más fragmentada, y las personas se aíslan unas a otras. “Hoy la enfermedad mental se muestra cada vez con mayor claridad como una epidemia social o, más precisamente, sociocomunicativa. Si quieres sobrevivir debes ser competitivo, y si quieres ser competitivo tienes que estar conectado (al ordenador o P.C.)… . Esto provoca un estrés de atención constante y una reducción del tiempo disponible para la afectividad. Estas dos tendencias inseparables devastan el psiquismo individual”.
Berardi, de su parte, sostiene “Hoy la libertad ha sido encerrada en el espacio de la economía capitalista y se reduce a la libre competencia en un horizonte obligatorio”. Y a su vez pone énfasis en que: “El universo de los emisores – o ciberespacio – procede ya a velocidad sobrehumana y se vuelve irreductible para el universo de los receptores – o cibertiempo – que no puede ir más rápido de lo que permiten la materia física de la que está hecho nuestro cerebro”. Todo ello lleva al problema de que la competencia alcanza niveles desconocidos anteriormente, por ejemplo en materia informática, encontrándose con problemas como:
- Las enfermedades de índole psicológicas y psiquiátricas
- el estrés de atención (incapacidad de mantener la atención en un mismo objeto por mucho tiempo) y
- la reducción de la afectividad, por una automatización apática.
Teniendo presente algunos interrogantes, como por ejemplo: 1) el mundo digital ¿implica nueva forma de organizar el conocimiento o sólo nuevos modos de colonización de la subjetividad? 2) ¿Existe multiplicidad de ofertas culturales o solo nuevas variables para la alienación de las personas? Lleva a que: A) Si se tiene a mano mayor información en tiempo real de la que el cerebro humano puede procesar, esto va de la mano de la desterritorialidad del conocimiento y de la información, lo que incide en el problema de la soberanía estatal y el control de los medios. B) La caída en una anestesia ética por una automatización apática, debe – como contrapartida – movernos a reactivar la solidaridad e incursionar sobre los efectos del mundo digital. Cobrando nueva dimensión la cuestión del espacio y del tiempo.
Los medios han contribuido, en base a la tecnología, a modificar las formas de sentir y entender el mundo, transformándose las visiones y las sensibilidades. Hoy encontramos nuevos modos de sentir y percibir la realidad, de oír y de ver a nuestro alrededor.
Por ello los medios contribuyen a construir “conocimiento”, transformándose en un aparato ideológico, que da determinado sentido a la realidad, proponiendo interpretaciones y significados de diferentes situaciones. Aunque no sólo se trata del tema en sí, importa también la forma en que lo presenta, el tratamiento dado, las fuentes que se resaltan y la cantidad de veces que lo repiten, lo destacan o tergiversan.
V.- EL CAMBIO SOCIAL Y LA ACTITUD REA
¿Qué nos dice la vida social sobre los modelos, lo ideológico y lo emocional?
Para responder esta interrogante lleva a la posición de que hace falta hablar de nosotros, para actuar, como para pensar (decidir) nuestras acciones y toma de posición frente al mundo.
La realidad, la política, nos manda a observar que clase de proceso, cual es la orientación, las ramificaciones del accionar de los libertarios y que posicionamiento permite efectuar una oposición activa.
Recordemos que en nuestra literatura política están los liberales rasgándose las vestiduras por lo formal, por las instituciones, por una República abstracta, sin contenido concreto. Mientras que el pensamiento nacional por sobre las instituciones formales coloca la cuestión de la SOBERANIA (la dicotomía “Nación” o “Colonia”).
Milei pretende instalar una política sin pueblo y debemos escrudiñar si se trata o no de un “cesarismo regresivo” al estilo del menemismo. Hoy por hoy ¿Milei se ha convertido en ARBITRO de la situación planteada? Contestar esa pregunta requiere identificar que pretensiones tienen los libertarios, su intencionalidad política, que se moviliza por medio de las empresas comunicacionales ligadas al mercado (Internet, redes sociales, mas media, etc.). El contenido de los mensajes nos arrastra a una posición pasiva de las masas populares.
Por lo dicho se hace necesario pensar y actuar desde el nosotros, la conformación y consolidación de una “voluntad colectiva” que permita identificarnos, que nos otorgue una dignidad que oponer a los sectores dominantes. Según Manuel Ugarte Para la… felicidad de las muchedumbres… hay que levantar tribunas que estén por encima… de la empresa periodística, de los egoísmos oligárquicos” .
Siguiendo a H. Portelli, en Gramsci encontramos la importancia del “análisis de cómo un sistema de valores culturales … penetra, se expande, socializa e integra un sistema social” . Vale recordar a Ranciere, para quien “la aparición del pueblo se da en momentos en que … los subalternos toman conciencia de ser actor de la historia”. Se trata de una situación que se caracteriza por un estado de rebelión, que importará, o puede importar una lucha por su emancipación. En el trabajo en comentario se habla de que las masas irrumpen en la política, a partir de una “identidad”. Siendo un fenómeno complejo la formación de identidades populares. Y constituye una labor fundamental: el repensar al “pueblo”.
“En las antípodas (de Borges)… Enrique Santos Discépolo, …buscó la identificación con el hombre de la calle, con el sujeto de su propio tiempo”
Por lo tanto hablar de Discépolo es pensarnos 70 años después que su poesía inundara al sentido común de los argentinos, con obras atemporales, como sostuvo Conde: “el héroe discepoliano se atreve todavía a levantar su voz enronquecida, a ladrar su rabia, a proclamar su humanidad”. Según Conde, en “Cambalache”, cuando Discepolín expresa: “el mundo fue y será una porquería”, “esta frase no es una mera descripción, sino una provocación abierta, … detrás de la denuncia, subyace el intimo orgullo de no haberse doblegado”. La actitud rebelde y desafiante.
Levantando la figura del “flaco”, nos remitimos a dos cuestiones centrales, solo dos: la esperanza, y el derecho.
Ambas cuestiones se hallan en la letra del Choclo (1947) que escribe Discépolo, expresando:
se ató dos alas la ambición de mi suburbio;
con este tango nació el tango, y como un grito
salió del sórdido barrial buscando el cielo;
conjuro extraño de un amor hecho cadencia
que abrió caminos sin más ley que la esperanza,
mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia
En estas estrofas se patentiza, implícitamente, la distinción entre país formal o legal y país real. La ambición del suburbio se abrió camino sin más ley que la esperanza. Contrastando ley y esperanza, en cuanto la primera era expresión de un país semi-colonial y el “Pueblo” quería un cielo propio. Para rematar el tango donde se expresa, que es mezcla de rabia, de dolor, de fe y de ausencia, pero de una fe, que es de una religiosidad particular: “Misa de faldas, querosén, tajo y cuchillo, que ardió en los conventillos y ardió en mi corazón”. Una religión laica, un pensamiento triste que se baila.
Esa búsqueda del amor como antídoto a la ambición desenfrenada de una sociedad oligárquica, si damos una vuelta de tuerca se encuentra en YIRA – YIRA (1930), donde el autor dice:
Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa…
¡Yira!… ¡Yira!…
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor.
En la realidad por contraposición, el mensaje implícito no es otro que “hay que seguir”, o como dijera Scalabrini: todo lo que se estanca se pudre. Si uno pregunta ¿para qué seguir?, lo verá el lector entrelíneas en otra estrofa del tango: “buscando un pecho fraterno / para morir abrazao…”, allí se ve el llamado a la fraternidad como salida del escollo que es la sociedad. Implícitamente en estos “jirones de hurañía”, es dable ver que el camino del hombre es la lucha, la lucha contra el egoísmo. En el “tango” hay una búsqueda, una esperanza soterrada, y estas no son cuestiones planteadas desde alguna racionalidad europea, sino desde el hombre, su espacio y su tiempo.
Contra la corporación de pregoneros culturales de la derrota como país, en los años 1930 y subsiguiente, por medio de la expresión poética del tango, se lanzó el desafío de construir nuevas identidades, nuevas formas de pensar y actuar. De allí que la esperanza, para Discépolo, entronca con la lucha, la lucha diaria, y ello queda patente en “Uno” (1943):
Uno, busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias…
Sabe que la lucha es cruel
y es mucha, pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina.
Por otra parte indubitablemente si hay un tango que sintetiza el pensamiento discepoleano, ese es “Tormenta” (1939). Allí Discepolín, nos dice
“Si la vida es el infierno
y el honrao vive entre lágrimas,
¿cuál es el bien…”
“Enséñame una flor
que haya nacido
del esfuerzo de seguirte,
¡Dios! Para no odiar:
al mundo que me desprecia,
porque no aprendo a robar…”
Pero su primer trabajo, fija su posición frente a la realidad de la dependencia, éste tango en su momento fue objeto de crítica y se trata de “Que Vachache” (1926) donde nuestro autor expresa:
“El verdadero amor se ahogó en la sopa:
la panza es reina y el dinero Dios”
En la temática del tema la mujer le recrimina al hombre que es un “gilito embanderado”, que no se puede discutir contra la realidad del dinero: expresando que “la razón la tiene el de más guita” “Que no hay ninguna verdad que se resista / frente a dos pesos moneda nacional” Para coronar el tema con una frase inscripta en el núcleo de un pensamiento crítico de la realidad, donde: “¿Qué vachaché? ¡Hoy ya murió el criterio! / Vale Jesús lo mismo que el ladrón…”. Es decir, en el dialogo se dice que no se puede tomar la vida en serio. Y por contraposición, en su vida, Discepolín demasiado en serio tomaba la vida que tocaba trasuntar. Pero obviamente desde el punto de vista epistemológico hay cierto nihilismo, que es consecuencia de la vida social que se experimenta. El antídoto para esa “verdad” que impone el dinero, no hay que pensar en los términos del establismenth, solo queda la esperanza que se puede fogonear sobre la base del sentir, apelando al “cuore”, o como sostuviera Scalabrini: “el hombre … palpita”, intuye, “siento, luego existo”. La INTUICION es la base de un saber y el conocimiento no es puro raciocinio, sino un sentir situado, se habla desde un lugar en el mundo, sobre la experiencia que a cada uno toca vivir. De allí que el rotulo de “gilito embanderado”, importa levantar banderas que nos hablen de esperanza, aunque los otros nos endilguen que uno es un gil (estúpido).
VI.- CONCLUSIONES: Actualidad neoliberal y organización del Movimiento Nacional
Hoy ¿quién estructura la agenda cotidiana?, hasta donde la personalidad e individualidad de los ciudadanos, no se encuentran bombardeados por las directivas del Mercado y las corporaciones mediáticas. Una cuestión por lo demás relevante es que en parte el aparato coercitivo del Estado, y la coacción ha dejado paso a los que quieren colonizar el pensamiento del Sujeto, seducción y entretenimiento mediante.
Si el Mercado compone una nueva esfera de la actividad política, esto repercute en el contenido de la “Cultura” popular, en el sentido común, imponiendo nuevos agentes políticos. Esta cuestión es capitalizada por la “Nueva Derecha”, con sus slogans, su campaña en base al aturdimiento de los ciudadanos, rebozando la ideología liberal, y poniendo en el debate político las viejas recetas de “represión política” y librecambio económico.
No alcanza con la regulación de los Medios y las Redes, es necesario una política activa, con herramientas en manos estatales para romper con la instalación de una visión basada en la “cultura del odio”. Sirve pensar que la Sociedad Civil es llamada “aparato de hegemonía”, y de allí que las interferencias o independización del Mercado es un lastre para la construcción de un poder político nacional popular.
Una herramienta a través de la cual se vehiculiza la construcción de un poder político, y por medio de la que se procede a la lucha por la hegemonía, ella es la ideología que: “En tanto son históricamente necesarias (las ideologías orgánicas) tienen una validez que es una validez PSICOLOGICA, “organizan” a las masas humanas, forman el terreno en el cual se mueven los hombres tomando conciencia de su posición, en el cual luchan, etc. “
Vale preguntar si en la actualidad, por medio de las tecnologías digitales, teléfonos inteligentes, internet, redes sociales, medios de comunicación, ¿el Mercado no se ha independizado de la sociedad civil? ¿Acaso la formación de la opinión pública y la organización del mundo cultural no sufre la arremetida del Mercado?
Se debe trabajar para evitar la consolidación de una futura hegemonía sobre la base de la estupidización de la población, quebrar el mesianismo del Mercado, y reinsertar a la Sociedad Civil en el centro de la formación de la conciencia política unitaria.
El actual presidente se nos presenta como la instalación de un “cesarismo regresivo”. En tal sentido “Sería un error de método … considerar que en los fenómenos de cesarismo – sea progresivo, sea regresivo, sea de carácter intermedio episódico – todo el nuevo fenómeno histórico se debe al equilibrio de las fuerzas fundamentales; también hay que ver las relaciones existentes entre los grupos principales (de diversos tipos, social-económico y técnico-económico) de las clases fundamentales y las fuerzas auxiliares …”
Por ultimo conviene dar algunas precisiones gramscianas, sobre la OPINIÓN PÚBLICA, para quién ésta “… es el contenido político de una voluntad política que puede ser discordante. Es por eso que se desarrolla en la lucha por el monopolio de los órganos de la opinión pública: periódicos, partido, parlamento, de manera que una sola fuerza modela la opinión y de este modo la voluntad política nacional, dispersando los desacuerdos en fragmentos individuales y desorganizados”
EL EQUILIBRIO DE COMPROMISO que supone la hegemonía, reposa en un acuerdo de distintos sectores sociales, en última instancia, sobre la distribución del producto bruto interno de un país (donde uno es o debiera ser hegemónico y otros grupos aliados, por ser sus intereses concordantes, y otros auxiliares). Cuestión que en estos días no se cumple en Argentina. La manera de entender la “necesidad histórica” hace que se ACCIONE en un sentido determinado, que se opere en la realidad de la estructura, y en la práctica política de una manera dada.
La hegemonía política de la clase dominante pasa por la combinación de la fuerza y del consenso, combinación que tiene en la opinión pública su “termómetro”. El análisis de una relación de fuerzas políticas en una coyuntura concreta exige siempre considerar las relaciones: entre clases fundamentales y fuerzas auxiliares.
La clase dominante, que detenta el poder político institucionalizado, difunde, a través de los instrumentos de la información DIRECTA o MEDIATAMENTE, una concepción del mundo unitaria (ideología) que legitima su propio dominio, y lo presenta como natural, necesario, para el interés de todos.
“Esta Ideología compartida sirve de fundamentación a un bloque de fuerzas sociales sobre las que la clase dominante ejerce, por lo tanto, una dirección no solo política sino intelectual y moral, cultural en sentido lato”.
Debido a este consenso difundido en los múltiples centros de actividad diseminados en la sociedad civil y el Estado, la sociedad capitalista puede ocultar las contradicciones que la socavan.
Interesa saber que una “ideología dominante, en cuanto “identificada con la concepción del mundo de una clase impregna todas las actividades, todas las prácticas. Es una concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, el derecho … en todas las manifestaciones de la vida colectiva”
Al hablar de “Movimiento Nacional”, parafraseando a Don Arturo Jauretche, nos referimos a mayorías nacionales, unidas en la acción por un pensamiento con un mínimo de notas comunes, más allá de las nomenclaturas partidarias. Hoy la acción política, requiere no solo de un programa “nacional”, de un proyecto común compartido, sino que, además, como presupuestos de la acción es necesario la construcción de un nuevo “metalenguaje”, que permita movernos conceptualmente en un campo distinto al marcado por el neoliberalismo, y trabajar sobre el tema de las identidades. Para ello es necesario proteger ARSAT, CANAL 7, RADIOS nacionales, etc. Difundir por las redes, los medios masivos de comunicación e Internet, otra visión de nuestra “identidad” como pueblo. Construir la “contracultura”, que nos de “identidad” y Ser. No alcanza con el discurso, hace falta además la construcción visual de una crítica y una revisión de nuestra historia, enfatizar en las redes la comunicación e intercambio de reflexiones sobre los hitos históricos y políticos. Poniendo como ejes el 17 de Octubre, los constructores del ideario nacional, y la “cultura”, incluida la cultura artística, para lo cual no alcanza con proteger al INCAA, sino que hace falta una visión discepoleana de la vida social, de un plantarse aquí contra todos los enemigos y los vendepatrias.