Pensar más allá de Malvinas

(*) Por Jorge Santiago Rojas

Este proximo 2 de Abril se cumplen 41 años del conflicto bélico que enfrentó a la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte por la Soberanía de las Islas Malvinas. Siempre es importante recordar el pasado, pero también es importante poder mirar al futuro proyectando las lecciones aprendidas. En este sentido es crucial pensar Malvinas, no sólo el 2 de abril y sólo la guerra, sino pensarla todos los días del año y en clave geopolítica, actual y futura. Es necesario pensar la causa Malvinas más allá de las islas, entendiendo la causa de manera estratégica, pensándola como un todo, como el Polígono Estratégico Nacional.

Mapa Bicontinental aprobado por la ley 26.651 en 2010

¿Qué es el Polígono Estratégico Nacional?

Cuando hablamos del Polígono Estratégico Nacional (PEN) hacemos referencia al área que comprende la Patagonia Argentina, el Atlántico Sur, la Plataforma Continental Argentina, las Islas Malvinas y demás islas del Atlántico Sur (Georgia, Sandwich y Orcadas del sur) y el sector Antártico Argentino. Este PEN se caracteriza por ser una zona de gran importancia estratégica, no sólo por los recursos que allí se encuentran, sino también por su ubicación – al extremo sur del planeta tierra-. Su importancia estratégica ha ido variando con el paso de las décadas, pero es la coyuntura actual de falta de alimentos y energía lo que genera las tensiones geopolíticas que actualmente atraviesa el mundo.

¿Y qué es lo importante del PEN?

La Patagonia Argentina, que incluye a las provincias ubicadas al sur de La Pampa, son ricas en recursos renovables y no renovables. Las principales cuencas sedimentarias del Cono Sur Sudamericano se encuentran en esta zona. Estas cuencas son el espacio geográfico donde se dan las condiciones ideales para la formación de petróleo, gas, carbón y otros minerales que son altamente demandados. En nuestra Patagonia podemos encontrar la cuenca Neuquina -principal cuenca petrolifera y gasifera (donde se localiza el yacimiento de Vaca Muerta) ubicada en el centro, este y norte de Neuquen, sur y suroeste de Mendoza, norte y noroeste de Rio Negro y suroeste de La Pampa-; la cuenca del Golfo San Jorge -al sur de Chubut y al norte de Santa Cruz-; y la Cuenca Austral o de Magallanes -al sur de Santa Cruz y en la totalidad Tierra del Fuego conectandose con la cuenca sedimentaria maritima de Malvinas-. De esta última cuenca se extrae el 15% del gas que se consume en nuestro país, en tanto que las otras dos poseen el 75% de las reservas comprobadas de recursos no renovables, lo que convertiría a la Argentina en el segundo país del mundo con más reservas potenciales detrás de China. A estas reservas hidrocarburiferas hay que considerar además las grandes reservas de agua dulce ubicadas en los Parques Nacionales Patagonia -en Santa Cruz-, Nahuel Huapi -en Neuquen y Río Negro- y Perito Moreno o  el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral -en Chubut-.

Al mismo tiempo, la Patagonia es la principal puerta de entrada a la Antártida. Esto se debe a que la Cordillera de los Andes continúa por debajo del océano y se conecta con la Península Antártica. Dada su ubicación el Continente Sudamericano es el más próximo al continente helado, a tan solo 1.000 km desde Tierra del Fuego. 

Mapa de las cuencas sedimentarias existentes en la Patagonia y el Mar Argentino

Dada esta descripción, es posible reconocer que el Atlántico Surla Plataforma Continental, las Islas Malvinas y las demás islas del Atlántico Sur constituyen un todo unificado que no puede ser dividido en segmentos estancos. Está comprobada la presencia en la zona de abundantes reservas de petróleo y minerales como así también de gran riqueza biológica. En este sentido las cuencas malvineras presentan grandes reservas de petróleo que después de la firma de los Acuerdos de Madrid -(1989-1990) post Guerra de Malvinas- los británicos han comenzado a explotar unilateral e ilegalmente. Las Islas Georgia y Sandwich del Sur, al ser elevaciones de la cordillera de los Andes que emergen del océano, son lugares aptos para la conservacion y reproduccion de muchas especies de animales, tanto de ballenas, focas, lobos marinos como así también de distintas especies de peces. Al mismo tiempo su ubicación les permite ser otra puerta de entrada a la Antártida dada su proximidad geográfica.

Gracias a la extensión de la Plataforma Continental aprobada por Naciones Unidas en 2016, nuestro país adquirió 1.782.500 más de km2. De esta manera, la actual extensión de la República Argentina llega a los 3.669.711 km2, siendo poseedora y protectora de grandes reservas de recursos no renovables y de una gran biodiversidad en nuestro mar. A la gran riqueza de las costas del mar argentino se le suma la riqueza que se encuentra en alta mar. Por ello, en los últimos años nuestro país ha creado varias Áreas Marinas Protegidas (AMP)  en el marco de la iniciativa Pampa Azul con el fin de preservar y estudiar los sistemas naturales que allí habitan. Las primeras son las AMP Namuncurá-Banco Burdwood I  y II que se ubican a 200 km al sur de las Islas Malvinas y a 150 km al este de la Isla de los Estados. En tanto que la tercera, la AMP Yaganes se ubica al sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego y es el espacio de unión entre el océano Pacifico y el océano Atlántico, con profundidades de más de 4 mil metros. Por último, recientemente se creó una cuarta AMP Agujero Azul que se ubica en el Talud Continental frente a las costas del Golfo San Jorge y allí se encuentran los restos del ARA San Juan hundido en 2017.

Estás AMP se caracterizan por su gran biodiversidad. En esa zona al encontrarse la corriente malvinas de agua fría y la corriente de agua cálida provenientes de Brasil se generan condiciones favorables para la reproducción de fitoplancton, el principal eslabón de la cadena alimentaria del Atlántico Sur. Junto con el fitoplancton se encuentra el krill que es la principal fuente alimentaria de las ballenas y que en los últimos años ha adquirido una gran importancia para la alimentación humana dado sus altos valores proteicos.

Por último y no menos importante es la Antártida Argentina -el sector que reclama Argentina va desde el meridiano 74º al 25º oeste y desde el paralelo 60º hasta el Polo Sur geográfico- donde nuestro país mantiene presencia ininterrumpida desde 1904. Este continente, con una superficie de 14 millones de km2 y con una altitud media de 200 mts y con condiciones climatológicas extremas que hacen muy difícil la vida, es una gran reserva de recursos. De estos recursos uno de los más valorados es el agua ya que la Antártida posee el 70% del agua dulce del mundo. Por otro lado, las costas antárticas se caracterizan por la presencia de una gran biodiversidad, constituyendo la principal zona de alimentación de focas, ballenas y pingüinos. Además se constituye en una zona propicia para la reproducción de krill y de distintas algas que actualmente son objetos de estudios por su gran importancia genética. A su vez, dado que la Antártida es una masa continental en su interior está comprobado que existen grandes reservas de petróleo, gas y distintos minerales como cobre, plomo, uranio, plata, hierro y nódulos polimetálicos. Si bien existe la dificultad de atravesar grandes bloques de hielo para llegar a la tierra continental, es también cierto que los avances tecnológicos de la actualidad hacen cada vez más accesible esta tarea, sobre todo en las regiones costeras.

La Antártida tiene una gran importancia no sólo por sus recursos, sino también por la sensibilidad de la zona frente a los cambios climáticos, lo que la hace una región propicia para la investigación científica. Su relevancia estratégica radica también en su ubicación. Por un lado, dadas las bajas temperaturas que allí persisten, la capa atmosférica es mucho más chata que en otras partes del globo -por lo general su extensión es de 14 km y en la Antártida es de 7,5 km- y esto, sumado a la gran elevación que posee lo convierte en un lugar conveniente para la entrada de naves y objetos desde el espacio exterior y para la investigación espacial en general. Por otro lado, el Sector Antártico Argentino se encuentra localizado frente a la zona de unión del océano Pacifico y el océano Atlántico, es el sector más próximo al continente Americano y la Costa Azul es el lugar más accesible para el ingreso a la Península Antártica. En la actualidad nuestro país posee en el Sector Antártico 13 bases, 7 permanentes y las restantes temporales, siendo la Base Marambio la más importante y la Base Belgrano II la más austral de ellas.

Las 13 bases que actualmente posee nuestro país en la Antartida

Frente a esta breve descripción es posible concluir que la República Argentina posee una gran riqueza, actual y potencial. No obstante, sucede que los argentinos sabemos poco y nada sobre estos temas y sobre la verdadera extensión de la Argentina y sus potencialidades. Por ello es necesario hablar de disputa por la soberanía en Malvinas, pero también hablar de los espacios donde ejercemos actualmente soberanía, porque si nosotros no somos conscientes, los demás sí lo serán. Teniendo en cuenta el contexto de tensiones en el escenario internacional actual, es evidente cómo las potencias centrales poseen cada vez más intereses en la región del Polígono Estratégico Nacional.

¿Cuáles son los intereses de las grandes potencias en el PEN?

En esa región estratégica el principal enemigo que tenemos como país es Gran Bretaña que ocupa de manera ilegal las islas Malvinas desde 1833 y las islas Sandwich y Orcadas del Sur desde 1982. No obstante, no es la única potencia que mira esta región con gran interés.

En lo que respecta a la Patagonia, como ya dijimos anteriormente, se caracteriza por su gran riqueza, tanto dentro del continente como en las costas del mar argentino. En ese sentido, una de las principales amenazas a nuestra posición estratégica en el PEN es la gran extranjerización de las tierras patagónicas que ha sufrido nuestro país en las últimas décadas. Es alarmante ver como más de 12 millones de hectáreas se encuentran en manos extranjeras. La presencia de grandes propietarios norteamericanos, italianos, británicos, españoles, belgas y chinos tiene como objetivo la adquisición de nuestros recursos en detrimento de los habitantes de este suelo. El caso más resonante es el del magnate britanico-israeli Joe Lewis que no solo se ha apropiado de la totalidad del Lago Escondido sino que además en sus hectáreas se encuentran dos pistas de aterrizajes, uno de 1.800 mts y otro de 2.200 mts que por su tamaño está en condiciones de recibir aviones de gran porte como son los aviones bombarderos. Incluso en los últimos años la extranjerización de la tierra patagónica se ha diversificado incluyendo capitales de Emiratos Árabes Unidos y la compra de tierras por parte del emir de Qatar. 

A este peligro de extranjerización de la tierra se suma en los últimos años el surgimiento de nuevas causas vinculadas a capitales británicos. En este sentido es posible observar cómo ciertos sectores autodenominados como “pueblos mapuches” ligados a Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) reclaman la totalidad de la patagonia chilena y argentina, desde Neuquén hasta la Tierra del Fuego. De esta manera su reclamo incluye las principales fuentes de recursos hídricos e hidrocarburíferos.Lo novedoso y a la vez peligroso de estos reclamos se debe en gran medida a que RAM está ligado a la organización Enlace Mapuche Internacional fundada en 1996 y con sede en la ciudad de Bristol, Gran Bretaña. Nada es al azar y menos proviniendo de una gran potencia colonial como Inglaterra que jamás reconoció la lucha de ningún pueblo local allí donde el colonialismo britanico estuvo.

Mapa del reclamo mapuche publicado en mapuche-nation.org

En lo concerniente al Atlántico Sur, debido a las grandes riquezas ictícolas que posee nuestro mar y plataforma continental, en los últimos años se ha visto un aumento considerable de la pesca ilegal e indiscriminada. En un mundo donde los alimentos escasean y donde los grandes mares están comenzando a agotar sus reservas por la continua depredación, nuestro mar que hasta hace poco había logrado mantener sus grandes reservas de biodiversidad ha comenzado a ser depredado rápidamente. En este sentido China, una de las principales potencias económicas del mundo, frente a la  creciente demanda de alimentos de su mercado interno, ha comenzado a explorar y explotar mares y océanos que antes eran lejanos. En consonancia con esto podemos ver como en la milla 201 se producen grandes concentraciones de barcos pesqueros que depredan nuestros recursos sin tener en consideración el equilibrio que la naturaleza y los ecosistemas necesitan para la reproducción. No obstante, no sólo se encuentra con la presencia de barcos chinos, sino también japoneses, españoles, norteamericanos, británicos, entre otros, que depredan nuestro mar argentino mientras que nosotros no sólo que no aprovechamos los recursos que disponemos sino que además no somos conscientes de esta depredación que se da todos los dias a metros de nuestras costas.

La Milla 201 vista desde los satélites y desde la milla 200

A esta depredación ictícola se suma la depredación de recursos hidrocarburíferos que lleva a cabo Gran Bretaña con base en Malvinas. Desde la firma de los Acuerdos de Madrid, unilateralmente Inglaterra ha otorgado licencias de pesca y de explotación de hidrocarburos en las costas de Malvinas. Si bien la ONU reconoce que se trata de una zona en disputa de soberanía, lo cierto es que Gran Bretaña no sólo se niega a negociar con la Argentina, sino que además aprovecha esta situación para depredar recursos de manera ilegal. Las cuencas malvineras tienen un gran potencial que está siendo explotado por Gran Bretaña mientras no se sienta a negociar. No obstante, esta presencia no se limita a Malvinas, sino que también hacen lo mismo en las islas Georgias y Sandwich del Sur, donde depredan los recursos sin ningún tipo de reparo.

Sin embargo, la presencia británica en el PEN no solo obedece al interés por los recursos. La ubicación estratégica del PEN también juega un papel determinante. Tener presencia en las islas Malvinas y en las islas Georgias y Sandwich del Sur les permite reclamar una porción de la Antártida y controlar el paso interoceánico por el Estrecho de Magallanes y el Paso de Drake. De este modo reclaman la porción antártica argentina y la porción antártica chilena y militarizan el Atlántico Sur en pos de sus intereses imperialistas. Esta militarización es contraria a lo acordado por los países de la región, quienes declararon el Atlántico Sur como zona de paz. Inglaterra no sólo desestimó este acuerdo, sino que ha ido  aumentando su presencia militar de forma sostenida en el tiempo. En los últimos años ha crecido la presencia de submarinos nucleares y la cantidad de personal militar en la zona, incluso de otros países como es el caso de Kosovo que está enviando tropas a nuestras islas para la realización de ejercicios conjuntos.

Esta situación es peligrosa porque genera tensiones innecesarias en una región donde no existen tensiones o conflictos a la vista entre países del Cono Sur. El único conflicto actual y latente es el de Argentina y Gran Bretaña por la soberanía en las Islas Malvinas y el PEN. Esto es bien sabido por los británicos y es por ello que en la Isla Soledad poseen dos grandes destacamentos militares conocidos como Complejo Militar Monte Placer que alberga más de 1500 soldados para una población de 3400 personas. Uno de ellos es el Puerto Mare Harbour que posee capacidades para aprovisionar submarinos nucleares y portaaviones. Esta presencia no se justifica por el cuidado a su población, sino más bien por los recursos que allí existen y por la ubicación estratégica. De esta manera las Islas Malvinas terminan siendo una suerte de portaaviones fijo que le permite abastecer a sus fuerzas en el continente helado, controlar el tráfico en el paso interoceánico. Incluso en su nueva estrategia de Política Exterior y Defensa emitida en 2021 se establece un aumento del 40% del arsenal nuclear disponible -pasando de 180 a 260 ojivas- y se comprometen a defender militarmente sus posesiones en Gibraltar, Malvinas y sus otros 12 territorios de ultramar.

Complejo Monte Agradable  al Norte y Mare Harbour al Sur.

Complejo Monte Agradable al este de la Isla Soledad vista desde los satélites.

Considerando además la reciente creación de la alianza militar extra-OTAN AUKUS (por sus siglas en inglés de Australia, Gran Bretaña y Estados Unidos) que tiene como objetivo cercar a China en el Pacifico, esta región adquiere una relevancia estratégica aún mayor. La ruta aeronaval -columna vertebral del poderío britanico en el mundo- que posee en el Atlántico (Londres – Gibraltar – Ascensión – Santa Helena – Malvinas – Georgia – Antártida) le permite a la coalición controlar todo este océano y el paso de su rival por esta parte del mundo. Por su parte Australia controla las aguas del Pacifico Sur y Estados Unidos hace lo propio tanto en la Antártida como en el Pacifico Norte y en el Océano Índico. 

Por último, la Antártida es una zona de potencial conflicto en el futuro dada la carencia de recursos en el mundo. El continente helado aún se encuentra poco explorado y para nada explotado. Esto se debe a la vigencia del Tratado Antártico -que declara a la misma como zona de paz y congela los reclamos existentes mientras dure el mismo- y más específicamente del  Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente que regula las actividades de exploración e investigación y prohíbe la explotación de los recursos para uso comercial. Como ya se dijo más arriba, la masa continental antártica es rica en recursos y esto lo saben todas las potencias del mundo y si bien hoy está en vigencia dicho protocolo, en 2049 podrá ser abierto a revisión. Parece una fecha lejana, pero lo cierto es que la alta demanda de recursos y el derretimiento de los glaciares producto del calentamiento global, podría acelerar esta cuestión. A esto hay que agregarle que Gran Bretaña reclama la porción argentina de la Antártida y que Estados Unidos es el país con más bases en ese continente. Por otro lado la ex URSS, hoy Rusia, no firmó el Tratado Antártico y se reservó el derecho a reclamar alguna porción cuando sea conveniente. Esto nos deja un panorama complejo de cara al futuro si consideramos a la Antártida en clave estratégica, pues además de Argentina reclaman soberanía  Australia, Chile, Francia, Gran Bretaña, Noruega y Nueva Zelanda. De 7 países, 3 pertenecen a la Commonwealth y 3 a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Y entonces… ¿ Qué podemos hacer los Argentinos ?

Luego de esta breve descripción de las potencialidades que nuestro país posee y de los potenciales peligros que se observan en el presente y en el futuro, en primer lugar es importante que como Argentinos y Argentinas nos formemos en estos temas. Debemos conocer más sobre nuestras posesiones tanto en el sur como norte de nuestro país. No puede ser ajeno a nosotros que la Argentina es uno de los pocos países Bi-Continentales del planeta.

La patria va más allá de la Pampa Húmeda. Hay un potencial enorme que espera ser explotado. Por eso primero habrá que ser conscientes y difundir estos temas, tanto en la en las distintas unidades educativas -escuelas,terciarios,universidades-como en la sociedad civil en general. No se ama lo que no se conoce y no se defiende ni se lucha por lo que no se ama ni conoce.

En segundo lugar es imprescindible que desde el Estado y la dirigencia política existan consensos mínimos y líneas de acción estratégicas. Que se deje de pensar en la coyuntura y que vayan más allá. Es hora de mirar al futuro. El futuro que nos corresponde a nosotros, que les corresponde a nuestros hijos, a nuestros nietos, a todos los hijos de esta patria. El Estado debe ser un actor central que piense y actúe en función de estos temas y que se realice con la participación de los distintos actores de la sociedad en su conjunto: partidos políticos, fuerzas armadas, universidades, sindicatos, empresarios, movimientos sociales, ongs, etc. Solo así una política estratégica podrá ser internalizada en el común de la gente. Se trata de un proceso a largo plazo que debemos empezar ahora mismo si no queremos ver depredados nuestros recursos. El futuro está en el sur. La solución a muchos problemas actuales de nuestro país se encuentran allí.

Y por último y no menos importante es la necesidad de una política unificada, coherente y a largo plazo tanto en la Diplomacia como en la Defensa. La Diplomacia Argentina debe trabajar a fin de seguir insistiendo -como lo viene haciendo ahora- para que Gran Bretaña se siente a negociar la cuestión de Soberanía por Malvinas. Al mismo tiempo deberá trabajar para hacer de esta causa una causa regional, una causa de Sudamérica en su conjunto. A eso se suma la necesidad de estrechar los vínculos en múltiples dimensiones con el país vecino de Chile a fin de cuidar nuestros recursos patagónicos y antárticos, y de fortalecer aún más las relaciones con Brasil y Uruguay con el objeto de denunciar e impedir que se siga militarizando el Atlántico Sur y evitar que los buques británicos que se dirigen a Malvinas obtengan aprovisionamiento. Es importante además que la Defensa, de la mano de las Fuerzas Armadas Argentina junto a una conducción civil, tengan un rol cada vez mayor en el cuidado y la protección de los recursos naturales de nuestra patria. 

Se hace necesario también que desde la Defensa se piensen políticas de desarrollo industrial, naval, aeroespacial, tecnológico y científico. Es hora de mirar a la Argentina como lo que es, un país marítimo. Y para salir al mar se hace necesario un desarrollo industrial naval, la construcción de una marina mercante propia, el establecimiento de puentes aéreos y navales más fluidos con la Antártida, el desarrollo de la ciencia y la tecnología marítima, antártica, hidrocarburífera e aeroespacial, entre otros. Como pasó con el petróleo a inicios del Siglo XX, sólo de la mano de la Defensa podrán desarrollarse estas áreas estratégicas para el futuro de la Nación. Ganaremos con esto, no solo capacidades militares, tecnológicas y científicas, sino que además podremos alimentar a nuestra población y generar miles de puestos de trabajo. Se trata de un desarrollo verdaderamente integral.

Seamos conscientes de lo que tenemos, solo así podremos honrar a nuestros héroes de Malvinas y a todos los que murieron luchando por la Patria. Sepamos defenderlo, porque sino, serán los otros los que disfrutaran en detrimento de los hijos de este suelo. Como dice el Martin Fierro “los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”. 

*Licenciado en Relaciones Internacionales. Director del Observatorio Internacional de la Fundación Igualar. Miembro del Centro de Estudios de Política y Economía Internacional (CIPEI) de la Universidad Nacional de Rosario.

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