
* Área Ambiente y Justicia Social (Instituto de Formación Política y Escuela de Gobierno Juan Domingo Perón)
Desde el Instituto de Formación Política y Escuela de Gobierno Juan Domingo Perón, tenemos el agrado de dirigirnos a usted – con quien compartimos los altos e irrenunciables ideales de una nación socialmente justa, económicamente libre, políticamente soberana y ambientalmente sustentable.
Atendiendo las palabras del entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco): “…la Patria es el patrimonio de los padres, lo que hemos recibido de quienes la fundaron. Son los valores que nos entregaron en custodia, pero no para que los guardemos en una lata de conserva, sino para que con el desafío del presente los hagamos crecer y los lancemos hacia la utopía del futuro.”
Siguiendo este consejo, y ante la cercana partida del primer Papa Latinoamericano, fuertemente imbuido de la teología del Pueblo, cobra relevancia hoy continuar haciéndonos eco de las enseñanzas por él transmitidas a través de la Carta Encícilca “Laudato Sii”, de cuya luz se acaban de cumplir 10 años.
En este orden de ideas, vuelve a cobrar hoy vigencia la Mensaje Ambiental del General Juan Domingo Perón a los Pueblos y Gobiernos del Mundo (1972). Este llamado a tomar conciencia de quien fuera el primer ambientalista del tercer mundo, donde analiza la marcha suicida que, como humanidad, hemos emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera. La denuncia que Perón hace sobre la grave situación que los modos de producción dominantes y el estilo de vida estaban imponiendo a la humanidad, constituía entonces y constituye hoy una amenaza a nuestros países periféricos, poseedores de reservas naturales que las naciones dominantes agotan.
Este marco conceptual desarrollado por la en el Mensaje Ambiental, no solo fue una interpelación a la marcha de la humanidad sino que al asumir su tercera presidencia, se institucionalizan por primera vez políticas ambientales, en el Plan Trienal es incluida la cuestión ambiental como uno de los problemas centrales del país, estableciendo por lo tanto metas específicas y creando la primera Secretaría de Estado de Recursos Naturales y Ambiente Humano en Argentina y en América Latina (Ley 20.524), dentro del Ministerio de Economía. Siendo la pionera de las agencias ambientales estatales de Latinoamérica y una de los pocas existentes entonces en el mundo, realizando una trascendente e innovadora política ambiental aún en el corto período transcurrido entre septiembre de 1973 y las postrimerías de su muerte en julio de 1974, cuando pasó a depender del ministro de Bienestar Social. Al frente de la Secretaría fue designada Yolanda Ortiz como la primera secretaria de recursos naturales y ambiente humano, con grandes responsabilidades, ya que la Secretaría comprendía Parques Nacionales, Minería y Recursos Hídricos y Renovables, lo que evidencia no solo la temprana atención que la Argentina le dio a la cuestión ambiental sino también las importantes atribuciones con las que fue dotada. Se completa la trascendencia del ambientalismo de Perón, en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, dado a conocer en el mensaje parlamentario del 1 de mayo de 1974, dos meses antes de su desaparición física y considerado unánimemente su testamento político, donde lo ambiental constituye un eje de desarrollo a la par de lo económico, político, social, institucional y cultural. “La lucha por la liberación es en gran medida, luchar también por los recursos y la preservación ecológica, y en ella estamos empeñados.”[1]
Sostiene Leopoldo Frenkel que “en el año transcurrido entre su regreso definitivo al país hasta su muerte, se refirió públicamente en veintidós oportunidades a la importancia de la cuestión ecológica en la agenda internacional.”[2]
A 53 años del mensaje que anticipaba con lucidez lo que estamos sufriendo, el modelo de desarrollo, denunciado entonces como principal factor de la crisis ecológica que recién comenzaba a advertirse, es cada vez más inviable y con consecuencias más destructivas. El crecimiento hipertrófico de las metrópolis ha conducido a la despersonalización de las relaciones y la degradación de la convivencia, al aumento de la violencia y el delito organizado, debilitando a la familia, célula social que el peronismo siempre defendió. Al hacinamiento de las grandes ciudades corresponde el despoblamiento del ámbito rural y la creciente concentración de la propiedad de la tierra, procesos ya advertidos por nuestro fundador.
Hoy, que las emisiones de CO2, medidas desde 1850 a la actualidad, se han duplicado desde 1970 al presente constituyendo el principal factor del calentamiento global, que según informe reciente del IPCC, Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático, amenaza con sumergir bajo las aguas del océano al final de esta década a ciudades costeras como Amsterdam, Basora, Nueva Orleans, Ho Chi Minh (ex Saigón), Calcuta y varias más; y que en nuestro país cada vez más informes de investigaciones estatales y privadas dan cuenta de la mayor incidencia de distintos tipos de cáncer y malformaciones en las poblaciones expuestas al uso de herbicidas, siendo Argentina, según varios estudios entre los que cabe mencionar el del año 2019 de la Universidad Nacional de La Plata, el país que vierte mayor cantidad de litros de plaguicidas por habitante en el mundo, alcanzando en 2019 a 10 litros por habitante y creciendo, en tanto el glifosato, prohibido en la Unión Europea, y utilizado en Estados Unidos en una proporción 10 veces menor a la de nuestro país, es el mayor utilizado en jardinería, horticultura y constituye el eje del paquete tecnológico de la soja transgénica, nuestro cultivo principal, se hace imperioso discutir un nuevo estilo de desarrollo.
La estrecha relación entre ambiente y justicia social planteada por el ex presidente cobra hoy mayor vigor a partir de un acontecimiento que significó una explosión de alegría y esperanza a partir de la llegada desde los confines del mundo del primer Papa latinoamericano y particularmente de la Encíclica Laudato Si donde, en armonía con aquel mensaje, sostiene: “El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social.”[3]
Marca también la necesidad de que la humanidad tome conciencia de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo para combatir el calentamiento, incorpora en una afinada continuidad del Mensaje y una atinada originalidad, el principio del “cuidado de la Casa Común” a la Doctrina Social de la Iglesia, vinculado directamente a la “Economía Integral.”[4]
En el año 2020 se dio un paso sumamente importante y alentador con la sanción de la Ley 27.592. La llamada Ley Yolanda, en homenaje a la primera Secretaria de Recursos Humanos y Ambiente, Yolanda Ortiz, quien difundiera constantemente el “Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo” de Perón, apelando a una necesaria “transformación de las conciencias, a una Revolución Mental”. Fue una activa defensora de los derechos de la naturaleza y las personas durante toda su vida. En ese sentido proponía transitar del ego ciudadano al eco ciudadano. Esta ley tiene como objetivo garantizar la formación integral en ambiente, con perspectiva de desarrollo sostenible y con especial énfasis en cambio climático, para las personas que se desempeñan en la función pública. Se complementa en el año 2021 con la Ley 27621, buscando implementar una política pública nacional en materia de educación ambiental.
Se torna urgente avanzar en una valiente revolución cultural fundada en el acervo cultural heredado, que nos vuelva a dar los fundamentos y el sentido de pertenencia a este suelo americano, siendo el Mensaje Ambiental una parada ineludible, que sumada al magisterio del Papa Francisco (del que no hemos tomado cabal dimensión), la reciente normativa en materia educativa y el involucramiento de las grandes mayorías, la esperanza de una Argentina posible.
Para empezar a ocuparnos de este problema, como de otras cuestiones cruciales para la Nación y la humanidad, hay que ir hacia a Perón, que se encuentra en nuestra historia pero sobre todo, nos espera en el futuro, recuperando su mirada ambiental como un arma cargada de futuro que pueda alentar nuevas gestas revolucionarias.
Son muchos los desafíos a los que nos enfrentamos, habiendo empeorado la situación desde aquel mensaje, y hoy, con los grandes cambios, propios del paradigma tecnocrático, nos impone pensar una auténtica política ambiental sólo posible en el marco de un Proyecto Nacional hacia la Patria Grande. Teniendo presente que una política ambiental difícilmente pueda realizarse sin un plan nacional que la abarque y sin liderazgos que sean capaces de ponerse la Patria al hombro, centrados en el servicio al prójimo[5] y al bien común, hacemos propias las palabras del Papa Francisco:
“Para nosotros, los cristianos, el futuro tiene un nombre y este nombre es esperanza. Tener esperanza no significa ser optimistas ingenuos que ignoran el drama del mal de la humanidad. La esperanza es la virtud de un corazón que no se cierra en la oscuridad, no se detiene en el pasado, no se mantiene a flote en el presente, sino que sabe ver el mañana. La esperanza es la puerta abierta hacia el porvenir. La esperanza es una semilla de vida humilde y escondida pero que se transforma con el tiempo en un gran árbol. Es como una levadura invisible, que hace subir toda la masa, que da sabor a toda la vida. Y puede hacer mucho, porque basta una pequeña luz que se alimente de la esperanza, y la oscuridad ya no será completa. Basta un hombre solo, para que haya esperanza, y ese hombre puedes ser tú. Después hay otro “tú” y otro “tú”, y entonces nos convertimos en “nosotros”. Y cuando existe el “nosotros”, ¿comienza la esperanza? No. Esa empezaba con el “tú”. Cuando existe el nosotros, comienza una revolución.” [6]
En este criterio, nos proponemos realizar las CUARTAS JORNADAS “AMBIENTE Y JUSTICIA SOCIAL” el día 13 de junio de 2025 en el Complejo Cultural Atlas (Mitre 645 Rosario) de 16:30 a 21 hs.
Esperamos contar con su participación y junto con compañeras y compañeros de distintas expresiones políticas y territoriales de nuestra provincia discernir el Futuro del Ambiente y la Justicia Social.
[1] Discursos Parlamentarios Completos. Juan Domingo Perón, Néstor C. Kirchner y Cristina Fernandez de Kirchner. Ediciones Pueblos del Sur. 1er. Edición. Rosario 2016. Pag. 567 y ss.
[2]Paulo Ares. Perón vs. Kissinger. La revolución Armoniosa Peronista vs. La Razón Instrumental Economicista. Ed. Fabro. 2013. Pag. 11.
[3] Laudato Si. Par. 48.
[4] Ib. Par. 137 y ss.
[5] “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Mc 9,35).
[6]https://es.aleteia.org/2017/04/26/primera-conferencia-ted-de-papa-francisco-el-poder-es-como-la-ginebra